Del
sur, ha llegado del sur
como el viento pampero, desatado
barriendo a su paso indiferente
los nidos de gorriones. Espantando
a pájaros y bestias. Sorprendiendo
la rosa y la cosecha. Ha llegado
del
sur. Por caminos extraños
desatando con mano estremecida
uno
a uno los nudos del pasado.
Interrogué al poniente las razones
de
este incendio de rosas en la tarde
del
cáliz pleno en mitad del tiempo
y
la porfía eterna de la sangre.
Interrogué
a la noche, a los caminos
que
no regresan jamás. A la constante
esplendidez
del cosmos florecido
como una boca nuclear avasallante.
Interrogué a la esfinge que inmutable
en
el desierto hostil, burla burlando
Nadie responde. Hay un silencio cómplice
Pero
aún así, sigo interrogando.
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